Huacho

Diciembre me agarra siempre con las defensas bajas. El país cuesta abajo. Los precios por las nubes. La cola de dos cuadras para cargar nafta. La despedida de F. a Barcelona y van...

El verano aún no dio su bienvenida. No siento el olor a Navidad.

Encontré este textito del taller de hace mil. Al parecer, todo ya estaba escrito.

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“La vida puede ser larguísima, sobre todo, si te va mal”, le dice Ruiz Guiñazú a Julio Chávez, en una entrevista que pasaban por las pantallas de televisión del banco del centro. ¿Vos decís que nos van a atender antes de las tres? La veo difícil, Beto. Esto es un quilombo. Vení, que acá hay dos sillas, rápido, antes de que alguno se haga el vivo. El tema es así, Fredi, tengo que sacar la guita sí o sí porque no quiero que me pase lo mismo. Ya me cagaron una vez, otra no. En todo caso, los voy a cagar yo. Está bien, Beto, me parece lo más sensato en este país. ¿Y cuál es la idea? Como primera medida, poner los verdes abajo del colchón. Analizar la cuestión con mi contador, ver posibles inversores, y tomarme el verano en la quinta de Pilar con Claudia y los chicos. Estás invitado, querido, no tengo que decírtelo, con toda la familia, claro. Sí, ya sé, gracias. Pasa que este año lo veo complicado. No estamos mal pero tampoco podemos tirar manteca al techo. Estamos ahorrando todo lo que podemos. Sí, ya sé, Fredi, pero ¿cuál es el punto? No tener plan, viste. A Milagros parece le sale la beca en Madrid, tengo posibilidades de dar clases en la Universidad allá, así que… no me digas que te vas a ir porque…no, bueno, tienen que darse varias cuestiones, ¿por qué número van las cajas? Nos faltan como cincuenta, Fredi, ahh, bueh, con Liz estamos cansados de vivir así, a los coletazos, nunca se sabe cómo van a estar las cosas, en este país se vive el día a y día y estamos re podridos de hacer las cosas bien y que nos pasen por arriba, y eso es la nada ahora, en el futuro esto es tierra de nadie, ya te lo digo, esto es cíclico, Beto, ves, ya me pongo mal, entro como un caballo en un tema que no tiene salida, y me quiero ir a la mierda, y en eso Liz me apoya, si es por ella, ya estaríamos en España…bueno, pero pará, Fredi, mientras hay que esperar un poco, justamente lo dijiste, es cíclico, van a venir tiempos mejores, ¿o no? Pasamos el veranito en casa, unos mates a la tarde en la pileta, fogoncito a la noche, asadito, ¿me escuchás? Mirá el personaje que está entrando, esto es surrealista, Beto, ves, ahí está lo que te digo, ese tipo, observalo, recién bajado del caballo, seguro, míralo bien, las bombachas de campo, el pañuelo, vas a ver que ese tipo se come el mundo en un segundo, ¿qué decís, Fredi? Eso te digo, Beto, nosotros somos dos giles con el numerito esperando la maldita cola y este seguro que con el porte y el chamuyo se los gana a todos, eso es lo que te digo, acá hay que ser fuerte, actitud, coraje, no pensar en nadie e ir para el frente, vas a ver que en dos minutos sale con el quilombo resuelto, Fredi, me parece que te estás comiendo una película, no querido, vos te la estás comiendo, decime si te importa el de al lado, ¿te importa? No bueno, ves, somos huérfanos, como ese gaucho, con la diferencia de que nos domesticaron, entendés. Nadie nos cuida, nadie nos protege, ni los políticos, ni nadie…Qué estuviste leyendo Fredi, pero si sabés, que vivo leyendo, Beto, me extraña, no me conocés, ya sé, te jodo, Fredi, se la envuelve enseguida a la cajera, estoy seguro, por qué número van, falta todavía. Estos tipos se suben al caballo y se salen del mundo, entendés, respiran de verdad, lo bien que hacen, después, a la noche, tinto y asado, cantan unas payadas, se cagan de risa, se ponen en pedo, ¿te das cuenta? Se puede vivir una larga vida sin aprender nada, eso. Necesitamos más vaqueros. Y el cuerpo se funde con el pelaje del caballo, se transforman en uno, recorriendo la llanura pampeana, hay hombres que, de su ciencia, tienen la cabeza llena; hay sabios de todas menas, más digo sin ser muy ducho, es mejor que aprender mucho, el aprender cosas buenas, ay, Fredi, te estás volviendo loco, quién sos, Don Quijote, por favor, pará, ¿adónde vas? A colarme, me harté de esta locura, cazo la guita y me saco un pasaje. Mi gloria es vivir tan libre como el pájaro del cielo: no hago nido en este suelo.

Te espero en Madrid, querido amigo.